Javier Campos
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Cuenta el Dr. Pedro Sainz de Baranda, en su obra póstuma de mediados del siglo XIX (España Sagrada, continuada por la Real Academia de la Historia, Tomo XLVIII, Tratado LXXXVI, sobre La Santa Iglesia de Barbastro en sus estados antiguo y moderno), que:
"San Victorián, nacido en Italia, donde se hizo monje, huyendo de los aplausos que su virtud le granjeaba, pasó a Francia, y predicó en ella el Evangelio con mucho fruto. Pero también allí se vió perseguido; lo que le obligó a atravesar los Pirineos, para buscar entre sus breñas alguna cueva en que pudiese sepultarse en vida. La encontró al oriente de una peña altísima y de difícil acceso, a la izquierda del Cinca, que dista de ella dos leguas. Allí edificó una capilla dedicada a San Miguel, donde hizo vida eremítica; pero los discípulos que le atrajeron sus virtudes, le obligaron a pasar a un monasterio llamado Asanense, fundado no mucho antes, cuya direccion tomó luego a su cargo [...] La venida de San Victorián a España fué por los años 522; y su muerte acaeció en 12 de enero del año 561, siendo de edad muy avanzada. Se le enterró en el monasterio Asanense, conocido ahora con su nombre, el cual pretende poseer su cuerpo en la actualidad..."
Intrigado por las virtudes de Victorián y por el motivo de su persecución en Francia, busco en el mismo libro hasta encontrar, en el párrafo dedicado a Santa Maura, que:
"Residiendo el Santo en Francia, se apasionó ciegamente de él una dama llamada Maura. Para huir de su deshonesta importunidad, no halló mas recurso que atravesar los Pirineos y venir a España, adonde ella le siguió también. Guiado por un Ángel, caminaba el Santo a tomar posesión de su Espelunca; y llegó en el vecino valle al sitio en que está la cruz llamada 'de Bruis', donde halló un hombre sembrando mijo. Díjole que volviese a segarle al dia siguiente; y que si alguien le preguntase por una persona de sus señas, respondiese que habia pasado por allí cuando sembraba aquel grano. Trocado con este milagro enteramente el corazón de Maura, se retiró al sitio llamado 'Santa Muera', de su nombre, pero ya corrompido; y en él acabó sus dias santamente..."
Todo esto viene a cuento de este sitio de la ermita de la Fuensanta, de la que cuenta el Dr. José Antonio Adell Castán en su bitácora compartida con Celedonio García:
"A los pies de la Sierra Montañesa, en el término municipal de Laspuña, próximo a San Lorién y Araguás, se encuentra la ermita de la Fuensanta, con casa de ermitaño y fuente. El nombre de la ermita se debe, según la tradición, a que pasó por allí San Victorián, procedente de Laspuña y camino de Araguás; como tenía mucha sed y no había encontrado por el camino ninguna fuente, en este lugar golpeó con su bastón en la roca y surgieron tres chorros de agua que aún permanecen."
Yo, sólo puedo dar fe de que el agua que brota es muy limpia, fresca y buena, y que el lugar es perfecto para pasar un buen día.